martes, 10 de abril de 2012

Cultura Tolteca- ciudad de Tula

Cultura Tolteca (800-1200 D.C) y su gran capital Tula


A 80 kilómetros al norte del Distrito Federal en Mexico se encuentra uno de los lugares prehispánicos más antiguos, famoso por sus Atlantes que custodian el templo de Tlahuizcalpantecuhtli: Tula.

Los toltecas y su gran capital Tula constituyen el primer Estado en el Altiplano Central de México para que el existen datos históricos: listas dinásticas de reyes, crónicas de migraciones y conquistas, y relaciones sobre el desarrollo de la ciudad llamada Tollan y los conflictos políticos y religiosos que causaron su transformación y eventual abandono. Durante más de dos siglos la influencia cultural de Tula alcanzó muchas regiones de Mesoamérica.

El surgimiento de Tula como gran centro urbano, tuvo lugar tras la desestabilización de Teotihuacan. Sus primeros habitantes se establecieron en el lugar conocido como Tula Chico alrededor de los años 800-900 d.C. Pero alcanzó su máximo desarrollo entre 900-1200 d.C. (en el periodo llamado Posclásico).

Tula era uno de los centros urbanos más extensos de Mesoamérica, con cerca de 15 km2 durante su apogeo, entre 900-1150 d.C. Durante esta fase de Tula se elevaron las grandes edificaciones fuera y dentro de la ciudad en varias etapas constructivas.

La arqueología deja ver que desde Tula operaba un eficiente sistema de comercio y también desde allí se emprendían guerras de conquista.

El  área monumental de Tula está alineada en cerca de 17º hacia el este del norte astronómico. En esto Tula ostenta semejanza con Teotihuacan. Es evidente que esta y otra semejanzas no son casuales y pueden revelar una continuidad en la cosmovisión y en los conceptos ideológicos que compartieron ambas culturas. Aspecto clave es que las llamadas pirámides del Sol en Teotihuacán y Tula están orientadas al poniente. Es cierto, por otra parte, que la planificación de uno y otros centros tienen también diferencias. Una, muy significativa, es que en tanto que en Tula hay una gran plaza central en torno a la cual se erigieron las varias edificaciones religiosas y palacios, en cambio, en Teotihuacan las pirámides y otros edificios se alinearon a lo largo del eje de la avenida de los muertos.

Los principales restos arqueológicos en esta ciudad:

La pirámide del Sol ( o Edificio C)
Es la que tiene mayor altura en todo el conjunto. Esta pirámide, cuya fachada ve al poniente, tuvo al parecer tres etapas constructivas.  Su estructura incluyó tableros y taludes y una escalinata al centro. De esta pirámide tolteca, sólo se conservó su esqueleto, de suerte que lo que hoy se contempla es resultado de un proceso de restauración.

Pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli, (o Señor de la Estrella del Alba) ( - Edificio B—),
En lo más alto de esta pirámide se yerguen cuatro imponentes figuras en piedra de guerreros ricamente ataviados, los que se han llamado atlantes, que sostenían el techo de un doble adoratorio. Estas esculturas miden 4.60 metros de alto (están ensambladas con cuatro fustes o partes) y y son muestra de la importancia que la guerra tenía para la cultura tolteca. El atlante representa a un guerrero tolteca con su vestimenta típica: casco o tocado, orejeras, pectorales, brazaletes, discos sobre la espaldas, taparrabo, musleras, rodilleras y sandalias. Los cuatro atlantes empuñan, con la mano derecha, el átlatl, una especie de lanzadardos que servia para cubrir mayor distancia. En la izquierda levan cuatro dardos largos, un arma curva y un recipiente, en el antebrazo cargan un cuchillo sostenido por un brazalete.
La imagen que estos guerreros portan en su pecho es la de una mariposa de fuego estilizada, representación del dios Xiuhtecuhtli una de las deidades más antiguas , ya que es la representación del fuego y es conocido en otras culturas como Huehueteotl "Señor Viejo" que es el dios viejo para los mexicas y se representa con un bracero.
De esta manera los guerreros toltecas tenían una conexión con los dioses, ya que al portar sus insignias les conferían un grado y una orden especial, lo más probable es que los atlantes formaran parte de un grupo especializado del ejército. Las esculturas de los atlantes son la muestra de que la guerra tuvo un papel trascendental para los toltecas, los guerreros servían no solo a su estado político sino que tenían un deber religioso, al lograr expandir sus dominios no solo era la clase gobernante la beneficiada, sino los dioses también acrecentaban sus lugares de influencia.
La función política, guerrera y religiosa de los atlantes solo es una muestra más de que en Mesoamérica todo tenia una dualidad y que los dioses y la religión estaban íntimamente ligados a los hombres y la vida cotidiana.

A los costados de la pirámide encontramos tableros con bajorrelieves que muestan figuras de águilas y buitres que devoran corazones y que alternan con serpientes emplumadas de cuyas fauces sale una cabeza humana, posibles evocaciones de Quetzalcóatl. En la parte superior, los tableros ostentan imágenes en bajorrelieve de jaguares y otros felinos que parecen marchar en procesión.

Palacio Quemado y otras construcciones
Como parte de los vestigios de esta ciudad, se puede apreciar lo que queda de un magnífico palacio con tres patios, con elegantes columnas que sostenían los techos; alrededor de los muros quedan los restos de banquetas rituales, con figuras de guerreros ricamente ataviados que avanzan en procesión. Los arqueólogos detectaron en este edificio las huellas de un gran incendio, por lo que lo llamaron “El Palacio Quemado”.
Frente a él, se encuentra un Chacmool, figura reclinada de un sacerdote en cuyo pecho descansa un recipiente en donde se depositaban ofrendas a los dioses. Se trataba de un intermediario de los dioses a quién se le daba físicamente el sacrificio para que lo llevara hacia ellos. Los hallazgos arqueológicos de esta figura se han manifestado en diversos puntos de Mesoamérica .
Escalante Gonzalbo, dice con respecto al entorno político, social y cultural del Posclásico que; “la situación de conflicto permanente que caracterizó a la etapa posteotihuacana y la beligerancia de los advenedizos norteños, se sumaron para situar la guerra en el centro de la vida pública de las ciudades del Posclásico”. Esta situación de enfrentamientos continuos, la importancia del militarismo aunado a la importancia de los sacrificios humanos, otorgo un significado muy importante dentro de la liturgia religiosa al Chacmool. Es necesario recordar los continuos movimientos de pueblos enteros que se veían obligados a dejar sus hogares por la conquista de otros más poderosos, nos muestra parte de la justificación de la importancia de la guerra y el sacrificio humano.
Asimismo, se descubrieron dos canchas para el juego de pelota, las cuales tenían anillos de piedra decorados con serpientes ondulantes. El Juego de Pelota, también se difundió en todo Mesoamérica, cuyo significado y fin era para mantener el orden del universo ofreciendo el sacrificio para los dioses.
También se encontraron baños de vapor conocidos como “temazcalli” y un tzompantli o “hilera de cabezas”.

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